Biología
de Coccinellidae
La biología de los Coccinellidae
ha sido bastante estudiada debido a su importancia económica única
entre los Coleoptera. En América del Sur los estudios son escasos
y se remiten a aspectos ligados al desarrollo y alimentación, distribución,
plantas huéspedes, enemigos naturales y otros.
Alimentación de los Coccinellidae
Los Coccinellidae son en general carnívoros. La
mayoría de ellos están especializados en un solo tipo de
presas: los Hemiptera Sterrnorhyncha, incluyendo “pulgones” (Aphididoidea), “cochinillas” (Coccoidea), “moscas blancas” (Aleyrodoidea), “psílidos” (Psyllidae) y “cochinillas algodonosas” (Margarodidae),
insectos que son en general sumamente dañinos para la agricultura
. Unas pocas especies son fitófagas, algunas de las cuales constituyen importantes plagas agrícolas.
La alimentación de las larvas y adultos es básicamente la
misma dentro de la misma especie, por lo cual es común observarlas
juntas alimentándose.
Giorgi et al. (2009) condujeron un estudio filogenético de la familia, con el objetivo de determinar la evolución de las preferencias alimenticias de la familia. Sus conclusiones establecieron que la condición ancestral de la familia es la coccidofagía, a partir de la cual se presentaron transiciones hacia la afidofagia y fitofagía. Secundariamente la tribu Halyziini derivó a la micofagia a partir de la afidofagia.
Especies Carnívoras
La familia Coccinellidae prosperó y se diversificó
gracias a la adquisición de un hábito específico:
la alimentación basada en insectos del orden Hemiptera (áfidos,
cóccidos, psílidos, aleródidos y pseudoccóccidos).
Gracias a este hábito también son consideradas grandes aliados
del hombre al mantener controladas plagas agrícolas, ya que tanto
las larvas como los adultos consumen grandes cantidades de estos insectos.
Las especies de las subfamilias Coccinellinae y Scymninae se alimentan mayoritariamente de áfidos, mientras que los Sticholotidinae
y Exoplectrinae se alimentan con más frecuencia
de cóccidos. Sobre los Coccidulinae no
hay datos suficientes, habiendo especies tanto afidófagas como
coccidófagas.
Chanchitos blancos (Hemíptera Pseudococcidae): estos inocentes y algodonosos bichitos son responsables en Chile de alrededor del 30% de los rechazos de fruta de exportación. En la foto (Tongoy, Chile) los ejemplares son pastoreados por una hormiga, que gusta de sus secreciones (Tania Zaviezo, Santiago, Chile, comunicación personal).
La mayoría de las especies son oportunistas y pueden predar sobre
muchas especies diferentes. Se han encontrado
especies que consumen en forma natural más de 60 especies diferentes
de áfidos. En Eriopis connexa se ha encontrado que eventualmente consumen larvas y huevos de polillas.
La misma especie ha sido mencionada en Argentina alimentándose
de psílidos. Muchas especies se crían en laboratorio con
dietas artificiales de hígado de vacuno y otras.
Caso aparte son las especies del género Stethorus,
las cuales se alimentan de arañitas rojas, también plagas
de la agricultura.
Pulgones:
Estos bellos ejemplares son el mejor
manjar para la mayoria de los Coccinellidae.
Casos muy puntuales de mirmicofagia (alimentación en base a hormigas) se han detectado entre los coccinélidos. En América del Sur se ha encontrado que las larvas de Diomus thoracicus (Fabricius) se desarrollan exclusivamente en los nidos de la hormiga de fuego Wasmannia auropunctata, alimentándose de los huevos, larvas y pupas de esta especie.
Arañitas
Rojas: Estos representantes de la
familia Tetranychidae (Arachnida: Acari) son importantes
plagas de algunos cultivos. Entre sus enemigos naturales se encuentran
algunas especies de Stethorini (Coleoptera: Coccinellidae).
Finalmente,
se ha observado que las especies afidófagas que salen de invernar
pueden alimentarse transitoriamente con polen, mientras no encuentren
presas disponibles. En América del Norte se ha encontrado que especies del
género Coleomegilla pueden completar
su ciclo de desarrollo alimentándose exclusivamente de polen.
Larva de D. thoracicus al interior de un nido de hormigas de fuego. (foto Jérôme Orivel, Senior Scientist CNRS).
Un caso muy especial es la alimentación en base a Hemiptera Monophlebidae (ex. Margarodidae), del cual se ha registrado el caso de Hyperaspis andina en Chile, Scymnobius ecuadoricus en Perú y recientemente (2012) Delphastus quinculus (ver foto a la derecha) y Diomus seminulus en Colombia. Estas especies parasitan el interior de los ovisacos de la presa, destruyendo la cubierta cerosa para proceder a entrar al interior, alimentándose de los huevos y ninfas del primer estadio. En caso de Hyperaspis andina, la depredación es efectuada por la larva la cual pupa al interior del ovisaco de una especie de Orthezia.
¿Cuánto
comen los Coccinellidae?
Una larva de chinita puede consumir entre 300 y 500 ejemplares de áfidos
durante su desarrollo. Sin embargo esta cantidad puede variar entre 100
y más de 1000 de acuerdo a la especie de áfido predada.
A medida que las larvas crecen, van escogiendo para alimentarse áfidos
de mayor tamaño. Los adultos son menos voraces que las larvas,
observándose una alimentación entre 4 y 8 áfidos
diarios en promedio.
Un ejemplar puede llegar a consumir entre 1000 a 8000 áfidos durante
toda su vida.
En América del Sur se han efectuado una serie de estudios respecto a la alimentación
de algunas especies, la mayoría en condiciones de laboratorio.
Alimentación:
Eriopis connexa alimentándose
en una ramita de hiedra llena de pulgones.
Especies micófagas
Existen algunas especies que se alimentan de hongos las que pertenecen en su mayoria a la tribu Halyziini.
Los hongos de los que se alimentan son microscópicos
y forman una delgada capa blanquizca en la superficie de las hojas. Es
habitual encontrar abundantes ejemplares de estas especies sobre un planta
infectada.
Especies fitófagas
Las más de 500 especies de la subfamilia Epilachninae son importantes plagas agrícolas en los países tropicales, que se alimentan del parenquima de las hojas, en especial de leguminosas, solanaceas y cucurbitaceas. En América del Sur
las especies Epilachna paenulata y E. cacica son plagas
en algunos cultivos de porotos, zapallos, melones y
otros, aunque la mayoría de las especies
se alimentan sobre la vegetación natural.
Alimentándose de escamas y conchuelas
La mayoría de los Coccinellinae que se alimentan
de escamas y conchuelas se desarrollan más lentamente que los que
se alimentan de áfidos, pudiendo demorar dos o más meses
en su desarrollo. También suelen ser más lentos y pequeños,
y acostumbran poner sus huevos aislados de a uno en vez de en agrupaciones.
Enemigos de los Coccinellidae
Los Coccinellidae tiene pocos predadores dado su mal
sabor. Por ello mismo lucen colores fuertes lo que les evita ser confundidos
con insectos sabrosos. Sin embargo algunos pájaros e insectos predadores
(mántidos o asílidos) efectúan algún daño
menor a las poblaciones de Coccinellidae. Por otro lado,
sufren de abundantes ataques de parasitoides, en especial de avispitas
del orden Himenoptera (Braconidae,
Encyrtidae, Pteromalidae, etc) y Diptera (Tachinidae, Phoridae).
En Chile se ha detectado la presencia de Perilitus stuardoi,
parasitando Coleomegilla quadrifasciata. Ultimamente se han detectado Braconidae parasitando Cycloneda eryngii, Adalia deficiens, Adalia angulifera y Eriopis eschscholtzii. En Argentina y Chile se ha encontrado Merismoclea rojasi parasitando Coccidophilus spp.
Los parasitoides causan un gran daño en las poblaciones de Coccinellidae.
Los parasitoides actúan mediante la colocación de uno o más
huevos sobre una larva o adulto, según la especie, la cual se desarrolla
alimentándose del huesped hasta su emergencia. El insecto parasitado
siempre muere. En muchos estudios se han detectado niveles de parasitismo
de alrededor de 5-40% en las poblaciones naturales de Coccinellidae,
excepcionalmente hasta el 60% u 80% de los insectos muere.
Hormigas: sin
ser directamente enemigos de los Coccinellidae, guardan celosamente los
rebaños de pulgones e impiden a estas su alimentación.
Braconidae: luego de parasitar internamente al
coccinélido (Eriopis eschscholtzi), la larva sale
del insecto sin matarlo,
y luego pupa.
Conocido es el efecto en el
comportamiento que
tiene este parasitismo, ya que el coccinelido
se queda sobre el capullo lo protege como si
fuera su cría, hasta que muere
(foto Alfredo Lüer).
Derecha: una larva colectada al interior del
abdomen de una Adalia angulifera.
Pueden verse unas agudas y grandes mandíbulas
(foto Richard Honour)
Como muchos otros insectos, los
Coccinellidae son frecuentemente atacados por hongos,
bacterias y otras enfermedades, en especial parásitos internos, tales
como organismos unicelulares (Gregarinidae, Microsporidia), asi como nemátodos,
que causan infecciones importantes. También especies de acarina y algunos
hongos causan daños menores en las poblaciones de estos insectos.
Protección
Muchos coccinellidos se defienden de posibles predadores mediante la emisión
de un fluido amargo, con características tóxicas. El mal
sabor induce a aves y otros potenciales predadores a evitar su consumo.
Los colores característicos rojos y naranjas facilitan el aprendizaje
de los predadores. En los adultos este fluido amargo se emite por las
articulaciones de las piernas, y en las larvas por los segmentos abdominales,
mediante glándulas especializadas.
Epilachna sp. en cópula sobre una hoja, en Iquitos, Perú (foto Rob Westerduijn)
Bacterias Asesinas de Machos
Una de las formas más extrañas de control de poblaciones
que tiene la naturaleza se da con frecuencia en los Coccinellidae.
Las hembras portan colonias de bacterias que bajo ciertas condiciones
aun no muy bien dilucidadas, depositan sobre los huevos. Estas bacterias
se encargarán de destruir casi todos los machos en la puesta, no
así a las hembras. Solo unos pocos machos sobreviven. Cada especie
de Coccinellidae es portadora de su propia especie de
bacteria asesina de machos.
nvernar
Para poder dar vida a la próxima generación, las chinitas
necesitan pasar el invierno en estado adulto. Salvo en países
tropicales, donde los ciclos suelen ser más complejos, en invierno la mayoría de los adultos
deben buscar un lugar propicio para ello.La mayoría de las especies
simplemente se oculta en la hojarasca o bajo tierra, y en general suelen
buscar lugares protegidos como arbustos o pequeños bosquecillos
(Mimoscymnus). Otras especies se esconden
bajo piedras o palos caídos (Heterodiomus),
o bajo cortezas (Neorhyzobius).
Algunas especies buscan elementos de
construcción humana, como galpones, marcos de ventanas, cercas,
aleros u otros (Adalia). Este hábito
se denomina sinantropismo. Otras forman grandes enjambres de cientos
o miles de individuos en lugares protegidos como cuevas y otras oquedades.
Finalmente, unas pocas especies pueden emigrar decenas de kilómetros
desde el valle hacia las montañas, buscando lugares propicios
para invernar. Una especie que posee la costumbre de migrar a las montañas
durante el invierno es Hippodamia convergens,
la cual ha sido documentada en Chile por el entomólogo Sergio
Rothmann mientras hiberna a 2.000 metros de altitud en el Cerro Roble
Alto, en el límites entre las regiones Metropolitana y de Valparaiso.
Ejemplares de Hippodamia convergens invernando en matas de "coirón", a 2020 metros de altitud
(Foto Sergio Rothmann).
Los ejemplares
sorprendidos durante el invierno se encuentran alerta y si uno los mueve
tienden a volver lentamente a su lugar de descanso, no desarrollando
al parecer un verdadero estado de hibernación.
Algunas especies sueles encontrarse activas durante
días tibios de invierno (Stethorus, Coccidophilus, Adalia),
no habiéndose establecido si realmente salen de sus refugios
en cuanto calienta el sol, o si algunas especies se mantienen
activas todo el año, en las ramitas de los árboles.
Canibalismo
Este comportamiento es casi generalizado entre las larvas recién
nacidas de Coccinellidae. Las primeras en nacer se alimentan
inicialmente de los restos de los huevos eclosionados, pero siguen prontamente
con los huevos aún no abiertos. Tampoco desdeñan alimentarse
de las larvas de menor tamaño que nacen poco después. Esto
se mantiene por los primeros dos días, después de los cuales
la larva se separa definitivamente de la puesta.
Actualizada el 27 de mayo de 2015.
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